Modelo y Filosofía Vida Independiente
Cuando una persona con movilidad restringida o limitación motora, por causa de malformación congénita, problemas al nacimiento, accidente, enfermedad o edad avanzada,“considera no tener una esperanza de vida, para lograr su independencia, autonomía y participación social”, aun cuando haya sido atendido bajo el modelo “medico-asistencial” vigente en muchos establecimientos de salud pública y de asistencia social, entonces, reviste la importancia del Modelo Vida Independiente, el cual surge como una filosofía de vida, que dignifica, empodera y centra a la persona en su realidad personal, familiar, social y de vida, logrando con ello, que cada persona afronte sus propios miedos y frustraciones, y a su vez, motiva a que las capacidades residuales y de resiliencia surjan como un detonante, para que consigan desarrollar un proyecto de vida y de liderazgo que le permita convertirse en un actor activo y proactivo, para un cambio no sólo personal, sino social.
El modelo Vida Independiente México (VIM), es un modelo que se ha formado de la experiencia de su fundador, Santiago Velázquez Duarte, Presidente-Fundador de “Vida Independiente México”, adquirida a raíz del conocimiento personal y práctica mundial de distintos procesos facilitadores de la inclusión.
En los años setenta, en el estado de California en Estados Unidos nace el movimiento de Vida Independiente Internacional, un modelo impulsado por veteranos de guerra esperanzados de integrar a las personas con discapacidad motora, a partir de la adecuación y gestoría de los recursos necesarios para el bienestar de las personas con discapacidad.
Atendiendo a las exigencias del territorio mexicano, en el año 2000, Santiago a través de su experiencia de vida y los conocimientos y procesos adquiridos alrededor del mundo, adecúa y hace su propia versión de Vida Independiente, dando origen a la Organización Internacional Vida Independiente para Personas con Discapacidad, A.C., conocida como VIDA INDEPENDIENTE MÉXICO o por sus siglas VIM, cuyo su principal objetivo es incluir social y laboralmente a las personas con discapacidad motora, a través de una rehabilitación integral (física, psicológica, familiar y social) teniendo como estrategia esencial el entrenamiento en el manejo de silla de ruedas y la filosofía de Vida, entre otras; logrando con ello una verdadera inclusión e interacción de personas en silla de ruedas y la sociedad en general.
Esta rehabilitación “saca” de la marginación a las personas con discapacidad motora de donde estén recluidas (hospitales o casas) ofreciéndoles una oportunidad de reintegrarse e incluirse en la sociedad de manera activa y productiva.
Este proceso se ha logrado a través de la interacción de personas en silla de ruedas y personas de pie que simbólicamente se corresponden y entienden; dando la oportunidad a las personas usuarias de silla de ruedas de tomar decisiones por sí mismos, pues son ellas quienes conocen sus verdaderas necesidades y pueden proponer soluciones más eficaces y reales a sus demandas como seres humanos plenos de derecho.
Sería imposible separar el trabajo y reconocimientos del Presidente-Fundador, Santiago Velázquez Duarte, de lo realizado por VIM. Sin embargo, se puede afirmar que el movimiento surge como una respuesta a diversas acepciones erróneas que existen en la sociedad:
- Una persona con discapacidad no puede trabajar
- Una persona con discapacidad no puede estudiar
- Una persona con discapacidad no puede manejar
- Una persona con discapacidad no puede cuidarse a sí misma
- Una persona con discapacidad es incompetente para responsabilizarse de su propia vida.
- Una persona con discapacidad es incapaz de tener una familia.
Desde hace años en México, las personas con discapacidad, familiares, profesionales y personas solidarias a la causa, se han dado a la tarea de formar organizaciones sociales enfocadas principalmente a la atención de algunas necesidades específicas de las distintas discapacidades, enfatizando aspectos de rehabilitación física y ciertos niveles básicos de inclusión social como son la eliminación de barreras físicas, sociales y culturales.
Pese a lo anterior, actualmente sigue existiendo un área rezagada dentro de los procesos de inclusión, dando el giro de oportunidad al MODELO VIDA INDEPENDIENTE ya que su propia filosofía surge de entender y vivir el significado de la discapacidad en el mundo; apoyándose de una rehabilitación integral e inclusiva como su principal componente.
Dentro de este movimiento de personas con discapacidad cuyos principios surgen de las propias personas con discapacidad y de sus experiencias de no estar dispuestos a permanecer al margen de la sociedad y a merced de instituciones, especialistas médicos y familiares, el modelo de VIM pugna por dar “vida” a los derechos de las personas con discapacidad, a fin de consolidar la igualdad de oportunidades de una manera no paternalista ni autoritaria.
Lograr una Vida Independiente es el derecho y la oportunidad de tomar las propias decisiones sobre aquello que impacta directamente en nuestro desenvolvimiento como seres humanos miembros de una sociedad. Es retomar el poder, autodeterminación y responsabilidad.
Lograr una Vida Independiente NO significa hacer todo sin ningún tipo de ayuda externa; más bien, es la libertad para actuar, decidir, fracasar y aprender, como cualquier ser humano mientras tomas el control de tu propia vida.
El MODELO VIDA INDEPENDIENTE ha sido y es, un modelo que ha impactado y continúa impactando en las distintas esferas de la sociedad, tales como:
- Salud (rehabilitación física, psicológica y social).
- Inclusión familiar y social.
- Educación.
- Deporte y recreación.
- Arte y cultura.
- Bienestar social.
- Derechos humanos.
- Sexualidad y reproducción familiar.
- Independencia, autonomía y participación social.
- Política pública.
- Seguridad social.
- Investigación en temas de discapacidad
- Entre otras.
Con estos antecedentes y los testimonios de vida existentes en las 32 entidades federativas de la República Mexicana, así como en algunos países de América Latina y el Caribe, surge la necesidad de compartir el Modelo VIM como un proceso de rehabilitación (único en el mundo), el cual permita contribuir, apoyar y complementar los procesos de rehabilitación y atención integral e inclusiva en beneficio de las personas con discapacidad motora, logrando con ello, que el modelo VIM impacte de una manera pronta y oportuna a toda la población con limitación física o movilidad restringida que ha perdido la esperanza de vivir por considerar no tener una “opción de vida” en la cual se sientan apoyados y resilientes para sobreponerse de su situación física, psicológica, familiar, social, etc.